CARACAS. - El Mundo Perdido descrito por Sir Arthur Conan Doyle en su libro de ciencia ficción es, con el paso de los años, más enigmático y extraño de lo que supuso el creador del detective Sherlock Holmes. En una cueva, situada en el Aprada Tepui del macizo Chimantá, ubicado en las inhóspitas tierras de la alta Guayana, un grupo de exploradores y científicos ha descubierto unos microorganismos capaces de transformar el sílice en ópalo, formando un mineral bautizado con el nombre de bioespeleotema.
Esta especie de estalagmitas con vida ha sido localizada en una de las cuevas de cuarcita más grande del mundo, la cual posee unas condiciones ambientales similares a las del planeta Marte. Un planeta que cuenta en su subsuelo con ópalo amorfo, según captaron las sondas Mars Global Surveyor y el orbitador del Mars Express durante sus vuelos espaciales.
«Esta similitud apunta la posibilidad de la existencia actual o pasada [en el planeta rojo] de formas análogas de vida capaces de convertir el sílice en ópalo», explica Vicente Marcano, coordinador del laboratorio de Biología y Química Evolutiva en el Centro Microscópico de la Universidad de Los Andes de Mérida (ULA).
«En las primeras investigaciones realizadas descubrimos la existencia de una variedad de microorganismos (bacterias fijadoras de nitrógeno, cianobacterias y bacterias oxidadoras de hierro, entre otras) que han formado estos curiosos bioespelotemas de ópalo amorfo», relata Marcano.
Estructuras amorfas
«Posteriormente, realizamos varias pruebas por difracción de rayos X que evidenciaron que dichas estructuras estaban constituidas por ópalo amorfo, formado por la acción de las bacterias pertenecientes al genero Thiobacillus», puntualiza.
Tras este primer descubrimiento, realizado el año pasado, un grupo más nutrido de especialistas acudieron en el mes de junio a la cueva de Charles Brewer (en honor a su descubridor), con el fin de tomar más muestras de los bioespelotemas.
Durante este verano, el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y el Centro Astrobiológico del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Madrid han estado comprobando estas muestras para validar la teoría de los bioespelotemas. Una postulación que acercaría más realidad científica de que existe vida en Marte.
Los bioespeleotemas encontrados por Brewer y el equipo de científicos están formados en su interior por anillos concéntricos como el de los árboles. Sin embargo, encontrar ópalo amorfo similar al que se encuentra en el subsuelo de Marte es el último eslabón de una larga cadena de hallazgos liderados por este explorador venezolano.
Victoriano hasta la médula, Brewer ha realizado 186 expediciones a las tierras altas de la Guayana venezolana, durante las cuales descubrió y exploró las cuevas del Cerro Autana, las grandes Simas de Sarisariñama que se encuentran en la cumbre de este tepuy del Estado Bolívar y la cueva que lleva su nombre en el Chimantá-tepui.
Este descendiente de ingleses inició sus investigaciones con algo más de 30 años en la tribu indígena de los Ye'kuana, situada en las selvas del alto Caura, un afluente del río Orinoco.
Allí realizó sus trabajos sobre antropología dental, tras finalizar sus estudios en la Universidad La Salle, cuya fundación alberga los libros más importantes de antropología indígena en Venezuela.
Entre 1990 y 1991 localizó en el remoto río Siapa, un grupos de indígenas Yanomamö que aún vivían en El Edén, como bautizaron las revistas Time y Newsweek en sus respectivos artículos a este remoto lugar que nunca antes había sido visto por el mundo occidental.
1 comentario:
Hola Jaime, es muy interesane esta materia de los Ópalos, me autorizas publicar la materia en mi blog? por supuesto nombrandote y dandote el crédito?
Espero tu respuesta. Muchas gracias
kaiajoyasuruguay.blogspot.com
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