La Buenos Aires de Julio Cortázar


(Una versión de este texto fue publicada en Ocho Leguas el 19/02/2014) 

El escritor Julio Cortázar (Bruselas, 1914 - París, 1984) mantuvo una compleja relación con Buenos Aires. Aunque sólo vivió en la capital argentina durante su infancia y por cortos periodos de tiempo tras emigrar a París en 1951, Cortázar la extrañaba desde la distancia. Su Buenos Aires aún pervive en los viejos tangos:calles sin pavimentar, pequeños faroles en las esquinas y una pésima iluminación que favorecía el amor y la delincuencia a partes iguales.
Si su obra maestra Rayuela es una guía alternativa de viajes para visitar en París los rincones que frecuentaba La Maga, otros textos menos conocidos y más dispersos condensan la Buenos Aires que conoció y quiso recordar Cortázar. Sus barrios, librerías y cafés. Sus arboledas y molestas canciones peronistas. Su gente, familia y amores: primero, como profesor, y luego como escritor consagrado.
«Yo no me radico en ningún lado, voy donde las circunstancias me dicen que debo estar. La Argentina es un lugar donde quiero estar, pero nada es definitivo en mi vida», respondió a los periodistas antes de abordar un avión en el aeropuerto de Ezeiza y regresar a París en 1983. Éste sería su último tango en Buenos Aires.
Cuando se cumple el centenario del nacimiento y el 30 aniversario de la muerte del escritor, Ocholeguas.com propone un recorrido por los lugares que marcaron la vida del artista.

Barrio Banfield

«Conocíamos bien las hormigas de Bánfield, las hormigas negras que se van comiendo todo [...]» 

(Cuento Los Venenos, 1956)

Julio Cortázar nace en Bruselas (Bélgica) en 1914, pero su familia huye a Zúrich, Barcelona y finalmente se instala en este barrio por el estallido de la I Guerra Mundial. Durante su infancia, Banfield (situado a 20 minutos al sur de Buenos Aires) era un pueblecito casi de campo, donde el lechero repartía la leche a caballo y la estación de ferrocarril era punto de encuentro de amantes y familiares. Ahora, convertido en un suburbio bonaerense s, el barrio de Banfield recuerda a su célebre escritor: la Escuela Nº 10, en la que estudió la primaria Julio Cortázar, lleva su nombre. Y su casa exhibe en su fachada una placa conmemorativa. Aquí vivió hasta los 17 años. Sus cuentos sobre la infancia toman contantes referencias de este barrio.

Plaza Cortázar

En el corazón de Palermo Viejo, un tradicional barrio de casas bajas del norte de Buenos Aires, la Plaza Cortázar acoge durante los fines de semana ferias de artesanía, puestos de ropa de diseñadores locales y artistas plásticos. Popularmente, se llama Plaza de Serrano, pero el Gobierno de Buenos Aires cambió su nombre en 1994 en homenaje al escritor argentino. La Plaza Cortázar fue testigo del espectacular crecimiento de Palermo durante la década de los 80 y 90, cuando se convirtió en el epicentro de la vida bohemia bonaerense. El desembarco del negocio inmobiliario rebautizó esta zona como Palermo Soho, donde se asentaron numerosas firmas de moda internacionales y locales comerciales, imitando a los barrios de Nueva York y Londres. Obviamente, perdió parte de su encanto. En las inmediaciones de la glorieta vivió otro gran escritor, Jorge Luis Borges. Cortázar ambienta en esta plaza algunos de sus cuentos, como el de Simulacros.
Barrio Rawson
«...A las dos, cuando la ola de los empleados termina de romper en los umbrales de tanta casa, Villa del Parque se pone desierta y luminosa. Por Tinogasta y Zamudio bajó Clara taconeando distintamente, saboreando un sol de noviembre roto por islas de sombra que le tiraban a su paso los árboles de Agronomía».
(Bestiario. Cuento Omnibus, 1950)
Aquí vivió Julio Cortázar entre 1934-1951, junto a su madre María Herminia Descotte y a su hermana Memé, a quienes visitaba frecuentemente cuando trabajaba en Bolívar, Chivilcoy y Mendoza como profesor. La casa de cuatro plantas está situada en la calle General Artigas 3246. Los vecinos enseñan con orgullo el patio de juegos, que tal vez inspiró algunas de sus escenas infantiles, y en la esquina opuesta señalan el almacén de RayuelaEl puente Julio Cortázar, situado sobre la avenida San Martín, es otro de los guiños al escritor argentino. El elevado está en el barrio de Agronomía, que debe su nombre a la Facultad de Agronomía y Veterinaria, ubicada junto a una gran arboleda de 100 hectáreas.

Confitería London City

Entre la Avenida de Mayo y la calle Perú funciona en Buenos Aires una histórica cafetería, especializada en dulces, confituras y pasteles. Es el sitio perfecto para empalagarse con el famosodulce de leche argentino, y observar el trasiego del microcentro bonaerense, donde están los edificios gubernamentales y la Bolsa de Comercio. Por esta razón, abogados, hombres de negocios, periodistas y políticos con despachos en la zona coincidían frecuentemente en las mesas de la Confitería London City. El bar tomó su nombre por la famosa tienda de ropa Gath & Chaves que estaba en el mismo edificio. Julio Cortázar frecuentaba este lugar y en su novela Los Premios (1960) aparece el London Café en varios párrafos del libro. Cerró sus puertas en agosto y desde entonces se encuentra en remodelación.

Del Mito a la razón / Corazón de Ulises




When you set out for distant Ithaca,
fervently wish your journey may be long
full of adventures and with much to learn
Ithaca





Los poemas de Homero de la Odisea guardan a la isla de Ítaca un lugar reservado y privilegiado. Es el punto y final de los viajes de Ulises. La isla a la que sueña regresar después de diez años navegando por el Mediterráneo. Igual que el camino andado por los griegos desde la mitología hasta la ciencia y la filosofía, Ulises termina sus aventuras en Ítaca. Porque, en cierto modo, Ítaca es la Odisea.


Y Odiseo [Ulises] muy alegre en su ánimo cumplió la orden. Y luego hizo que juraran la paz entreambas partes la propia Palas Atenea, hija de Zeus, que lleva la égida, que había tomado el aspecto y la voz del mentor.
Rapsodia XXIV
Las Paces
Odisea, Homero 


La exposición ‘Del mito a la razón’, organizada en la sede de la Fundación La Caixa en Madrid, recoge algunos fundamentos mitológicos de estos viajes en un conjunto de 165 piezas artísticas que datan de entre los siglos VI AC hasta el siglo IV DC. La muestra es un recorrido por la cultura mediterránea, sobre todo la greco-latina, en contacto con las civilizaciones orientales y egipcia, y los aportes de esta fusión



La exposición está dividida en distintas etapas para explicar la evolución de las polis griegas. La primera es un recorrido por la mitología griega, y esa visión desencantada y desordenada del mundo, que prescinde de las explicaciones trascendentes. Puede que esta mirada tenga su origen en la mitología misma. La segunda y tercera parte aborda la construcción de las polis modernas griegas, y el establecimiento de la democracia.  







*Fotos cedidas por la Fundación CaixaForum.  







Sorolla y Estados Unidos / Pinceladas del Mediterráneo

Triste herencia, 1900. Óleo sobre lienzo, 212 x 288 cm. Colección Fundación Bancaja  

La Fundación Mapfre reúne en una colección las principales obras que el pintor español Joaquín Sorolla (1863-1923) realizó durante su periplo por Estados Unidos. Nacido en Valencia, Sorolla es uno de los artistas más destacados del impresionismo español por su manejo de la luz, los colores, y las pinceladas azules de los horizontes y escenas de playa.

La exposición se puede visitar hasta el 11 de enero, y agrupa pinturas de la llamada época madura del artista. Estos cuadros reflejan la mirada personal de Sorolla, quien se basa en escenas costumbristas y en una pintura social y comprometida para desarrollar su trabajo.

Cuando Sorolla realiza sus primeros bocetos, el impresionismo era un movimiento artístico extendido en Francia y Europa. Por esta razón, el pintor valenciano es considerado como ‘impresionista tardío’ o ‘luminístico’. Sorolla también es reconocido como una especie de puente entre la pintura española de los grandes clásicos, como Goya y Velázquez, y Picasso. 

Todos los cuadros de esta colección pertenecen a su última etapa. En 1909, cuando su trabajo ya había alcanzado reconocimiento en Europa, el artista valenciano realiza su primera muestra en Nueva York, gracias a la Hispanic Society of America. Bajo el patrocinio de esta institución, Sorolla visitó distintas ciudades en su gira estadounidense.

Corriendo por la playa, 1908. Óleo sobre lienzo, 90 x 166 cm. Colección Pedro Masaveu. Depositado en el Museo de Bellas Artes de Asturias.  

La obra más destacada de esta colección es el cuadro ‘Triste herencia’ (1900), que supuso el reconocimiento internacional de Sorolla. La pintura trata sobre unos niños minusválidos y enfermos de poliomielitis bañándose en el mar en Valencia, ayudados por un sacerdote del hospital de San Juan de Dios. 

El cuadro fue muy aplaudido entre distintos sectores de la sociedad española y en el extranjero, pero criticado por representar una amarga realidad social y no difundir una imagen positiva de la marca España. La obra recibió el Gran Prix de París (Exposición Universal) en 1900, y la Medalla de Honor en 1901 en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Puede que por las críticas iniciales, el cuadro no se quedó en España, y fue adquirido, en un primer momento, por un coleccionista estadounidense.

Además de retratos por encargo, la exposición reúne escenas costumbristas de paisajes y jardines, y sus famosas escenas de playa que tanto atrajeron a los mecenas estadounidenses. Es en estos años cuando el pintor alcanza su plenitud, y logra un mayor dominio en el tratamiento de la luz.


Thomas Fortune Ryan, 1913. Óleo sobre lienzo 87,6 x 114,3 cm. Virginia Historical Society en Richmond.  

Sus investigaciones lumínicas y cromáticas en el Mediterráneo le permitieron reflejar con mayor precisión los colores de los cuerpos dentro del agua. El bote blanco, Niñas tomando el baño o Corriendo por la playa son algunos de estos cuadros. Sorolla también se atreve con pinturas que reflejan el cosmopolitismo y la sofisticación de las playas del norte de España, principalmente del País Vasco, a través de pinturas, como Paseo del faro. Biarritz.

El recorrido de la exposición insiste en la importancia de sus grandes mecenas estadounidenses: Archer Milton Huntington como gran artífice de esta aventura, y otros importantes benefactores, como Thomas Fortune Ryan. La muestra también se detiene en el Sorolla más espontáneo, el artista que pinta de manera insistente, y que realiza gouaches, croquis y apuntes en los menús de los restaurantes de las ciudades de Chicago y Nueva York.

La exposición 'Sorolla y América' es una muestra organizada por la Fundación Mapfre, junto al Museo Meadows; el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York; el Museo de Bellas Artes de Boston; el Instituto de Arte de Chicago; el Museo de Arte de San Diego, y el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, con la contribución de la Hispanic Society of America.

La muestra también cuenta con el apoyo de numerosas colecciones públicas y privadas españolas, como el Museo Sorolla, el Museo de Bellas Artes de Asturias, la Fundación Bancaja o la colección Masaveu.


Dónde: Fundación Mapfre (Paseo de Recoletos 23, Madrid). Entrada gratuita.
Cuándo: Del 26 de septiembre de 2014 al 11 de enero de 2015. 

Autorretrato de Sorolla, 1909. Óleo sobre lienzo.  


*Fotos cedidas por la Exposición Mapfre Arte.

Cabo Polonio (Uruguay) / La magia de lo sencillo





Entrar en el Parque Natural de Cabo Polonio es detener las agujas del reloj. O, como escribió el escritor Mark Twain en su novela 'El forastero misterioso' (1916), es hacer retroceder las manecillas del minutero. Viajar en el tiempo. 

Porque en Cabo Polonio las luces no se encienden por la noche para poder ver mejor la luna y las estrellas, e Internet sólo funciona en algunas posadas. A este Parque Natural sólo se puede acceder mediante unos camiones especiales 4x4 habilitados por el Gobierno uruguayo a la entrada del recinto. 

Zona temida por marinos, Cabo Polonio ha sido testigo de naufragios, abordajes de buques piratas y algún combate naval. Algunas leyendas dicen que las brújulas giraban sin rumbo, como si hubieran llegado a una zona maldita o gafada. 

El faro, levantado después del naufragio del buque Nuestra Señora del Rosario, es una de sus principales señas de identidad. Levantado en 1881, fue declarado monumento histórico en 1976.

Además de por su atalaya, Cabo Polonio es conocido por su colonia de lobos marinos, una de las más importantes del mundo. Isla Rasa, Isla Encantada y el Islote conforman el archipiélago donde habitan estos animales. 

En Isla Rasa (llamada así por estar al ras de agua) se pueden observar dos diferentes especies de lobos: el lobo fino de dos pelos, y el lobo marino, o lobo de un pelo. Los primeros pobladores de Cabo Polonio basaron su economía en estas loberías, con algunas matanzas de estos animales, codiciados por su grasa y su piel. En aquellos tiempos, el sistema de iluminación se valía de lámparas de mecha alimentadas con grasa o aceite de lobos y ballenas, y estos animales eran el principal sustento de las primeras comunidades.

Cabo Polonio es un área protegida desde 1960, y uno de los lugares con mayor encanto de la costa atlántica uruguaya. Con más de 10 kilómetros de dunas movedizas y dos playas a ambos lados del cabo, es un lugar mágico con sólo unos pocos generadores de electricidad para iluminar las noches más oscuras.


 

La Pedrera (Uruguay) / El naufragio de un barco

 Estructura del buque pesquero Cathay 8 en la Playa El Barco

 
 Vista de La Pedrera sobre la Playa El Desplayado 

Playa El Desplayado en La Pedrera (Uruguay)


El naufragio de un barco en el balneario de La Pedrera (Uruguay) es una historia que sus vecinos cuentan con ironía, y algo de sarcasmo. Porque, en realidad, no fue una encalladura, sino un accidente controlado para cobrar el seguro.

En 1977, un buque pesquero atunero con bandera china -el Cathay 8- quedó varado con 21 tripulantes en la turística costa de Rocha durante un fuerte temporal. Era un 14 de septiembre, y un problema en las máquinas del barco obligó al capitán a buscar la arena de la playa.

Desde ese día y durante todo el verano austral, uruguayos y chinos trabajaron codo con codo para reflotar el barco. Para ello, el tenderredes 'Huracán' de la Armada uruguaya y el remolcador Lavalleja -que llegó a laburar toda la Nochebuena- participaron de forma activa en las labores de rescate.

Las localidades turísticas de Uruguay reciben el nombre de balneario. La Pedrera es un lugar tranquilo, familiar, con una sola calle asfaltada que desemboca en un pequeño promontorio. A cada lado de esta formación rocosa se extienden dos playas: al sur, la Playa El Barco, con fuerte oleaje, ideal para practicar surf y otros deportes acuáticos. La Playa El Desplayado, al norte del pueblo, es perfecta para familias con niños por su blanca arena y suave marea

La Pedrera es un destino turístico con electricidad, agua corriente, un Club Social con cancha multiuso, iglesia, y abundantes restaurantes y hostales. También existen gran variedad de alojamientos y restaurantes. 

La posada El Pirata es un alojamiento cómodo y sencillo, con agradables terrazas para disfrutar el atardecer. Una de las mejores opciones para almorzar es Casa Rómulo, donde se sirven recetas italianas.

Desde el año 2000, en Semana Santa (de Turismo en Uruguay), se celebra "Jazz entre amigos", festival de jazz coorganizado por autoridades municipales y entidades privadas que convoca anualmente a distintos músicos. Desde enero de 2004, se organiza también La Pedrera Short Film Festival, con presentación de cortometrajes de varios países.