Vargas, 10 años después de la tragedia


(Texto publicado el 15 de diciembre de 2009) 

Vargas (Venezuela).-- La familia de Angeline Mendoza vive en el esqueleto de un edificio en escombros, que sólo tiene pilares y columnas. El lateral izquierdo de la casa se lo llevó una gran riada el 15 de diciembre de 1999; el día que la montaña avanzó hasta el mar. Este litoral caribeño, que alberga el mayor aeropuerto y el que fue el puerto comercial más importante del país, revive hoy los 10 años de la tragedia de Vargas. El peor desastre natural ocurrido en Venezuela durante el siglo XX. Las cifras de fallecidos se calculan en miles -van de 10.000 hasta 30.000 muertos, según la fuente-. La de damnificados superó las 225.000 personas.
“Hemos encontrado hasta huesos enterrados en la casa, aquí hay mucha gente que se quedó sepultada, y nunca se recuperarán sus cadáveres”, dice Medoza, de 21 años, del oriente de Venezuela, que junto a sus cuatro hijas invadió una mansión de Los Corales devastada por los deslaves de la montaña.
Llevaba quince días lloviendo a mares. El país votaba la aprobación de la actual Constitución Bolivariana. El Ejército resguardaba las urnas, y todos los esfuerzos del Gobierno de Hugo Chávez se concentraban en unas elecciones que reformarían al Estado venezolano. Entonces llegó la tragedia. La montaña se quebró en mil pedazos, y una ola de lodo negro sumió a este estado de 270.000 habitantes en el caos.
Mendoza y sus cuatro hijas comparten la casa con otras 20 personas. En total son cuatro familias. Cada una ocupa una habitación. “Estamos sin agua corriente, sin cloacas y rodeados de aguas negras. Luz tenemos porque la robamos del tendido eléctrico. Vivimos aquí porque no tenemos otro sitio”, agrega.
Vargas es el estado más pequeño de Venezuela, pero es considerado la puerta de entrada al país. Antes de la llegada del conquistador español Diego de Losada, los Caribes utilizaban una trocha de montaña llamada el ‘camino de los indios’ para subir al valle de Caracas. Luego, atracaron los navíos de La Guipuzcoana, que construyó su centro de operaciones en La Guaira –hoy la sede de la Gobernación- y cientos de casas coloniales sobre calles angostas y empedradas.
La agencia española de cooperación (Aeci), junto a una corporación estatal, trabaja en la rehabilitación de algunos de estos edificios, pero sólo la solariega casa de La Guipuzcoana y algunas arquitecturas de la avenida principal lucen su apariencia original. Las demás son escombros y basura.
En este territorio de pescadores, que antes recibía la visita de miles de turistas extranjeros y adinerados empresarios de Caracas, también funcionó el primer balneario de Venezuela: Macuto, sinónimo de fiestas y bodas durante la ‘Venezuela saudita’ de los 70 y 80. Su casco histórico sufrió una destrucción del 90%. De las 20 estructuras históricas, siete fueron completamente devastadas por el deslave.

'Fue una lotería'

Luís Ramírez era padre una niña de 3 meses cuando sucedió la tragedia.“Vimos como la casa de un vecino quedaba completamente arrasada por la riada, fue una lotería algunos se quedaron sin casa y otras aguantaron”, recuerda.
Cinco días después, el 20 de diciembre, el Gobierno declaró el estado de emergencia. Cuando las lluvias cesaron, el cielo se cubrió de helicópteros, que empezaron a desalojar a las cientos de miles de personas que estaban atrapadas.
“Fueron cinco días horribles, era la tierra sin Ley, hubo saqueos y violaciones, estábamos completamente incomunicados y sin luz”, recuerda Ramírez, que perdió a familiares y amigos durante esta tragedia. “Las personas que se quedaron sin casa entraban en otras para robar, no había policía, y los delincuentes y saqueadores sacaron provecho de la situación”.
Diez años después de la tragedia, que destruyó 8 mil viviendas y afectó a 240.000 personas, los varguenses consideran que el Gobierno de Chávez todavía tiene una deuda pendiente con el Estado, y que las infraestructuras están a medio hacer.
“En el estado sólo funciona un albergue y el hospital de la Maternidad –que recibió varios millones del gobierno canario- nunca se volvió a abrir, a pesar de que se dedicaron recursos para construir tres centros. El problema de Vargas es lo que pasa en Venezuela, la gente roba demasiado”, puntualiza Ramírez.

No hay comentarios: